Según Jay Dunn Vicepresidente de Shop.org la respuesta es si. Hay que vender.
Pero a que se refiere? Hasta ahora la opinión generalizada sobre la presencia de una marca en las redes sociales es acercarse a una especie de “conversación” con todos aquellos que han decidido seguirnos, haciéndolo de una manera humanizada y cercana. Como en todo negocio esa conversación persigue generar valor y con el paso del tiempo se logre una buena reputación de marca, obteniendo así beneficios en el largo plazo. Nada más cierto pero al parecer el enfoque no debe ser el único a considerar en una estrategia de social media.
Dunn afirma que el público sigue a las marcas justamente porque venden algo: calzados, detergentes o juguetes. A través de una red social los seguidores comparten un sentido de identidad con la empresa o el producto que comercializan.
Claro no negaremos que poner un rostro humano a la fachada de las empresas es una buena idea, y las redes sociales nos permiten hacerlo de manera inmediata y rentable. Pero no necesariamente las marcas deben ser tímidas en la promoción de los productos que ponen a la venta. Vamos, si las personas decidieron seguir a la marca es para saber sobre sus productos, su filosofía o estilo de vida.
Las redes sociales se han convirtiendo en un canal de fidelización para los negocios, pues es el espacio idoneo para un acuerdo tácito del tipo “yo seré leal” (te sigo y tu me brindas información de mi interés). Entonces si la marca decide vender algo en Facebook, solo por nombrar la red mas popular, mucho mejor, especialmente si se trata de un acuerdo.
Funciona para Facebook o Twitter. Funciona para la marca. Funciona para nosotros.
El humanizar a su marca e interactuar con sus clientes es necesario, pero vender algo también lo es. Las redes sociales son tan viables como canales de ventas como lo son los e-mails. Tal vez más aún, ya que son más personales pues es el usuario quien decide seguir y no en caso contrario.
¿Cual es la mejor red social? ¿Su impacto y alcance para las ventas?, eso ya es harina de otro costal.
Pero a que se refiere? Hasta ahora la opinión generalizada sobre la presencia de una marca en las redes sociales es acercarse a una especie de “conversación” con todos aquellos que han decidido seguirnos, haciéndolo de una manera humanizada y cercana. Como en todo negocio esa conversación persigue generar valor y con el paso del tiempo se logre una buena reputación de marca, obteniendo así beneficios en el largo plazo. Nada más cierto pero al parecer el enfoque no debe ser el único a considerar en una estrategia de social media.
Dunn afirma que el público sigue a las marcas justamente porque venden algo: calzados, detergentes o juguetes. A través de una red social los seguidores comparten un sentido de identidad con la empresa o el producto que comercializan.
Claro no negaremos que poner un rostro humano a la fachada de las empresas es una buena idea, y las redes sociales nos permiten hacerlo de manera inmediata y rentable. Pero no necesariamente las marcas deben ser tímidas en la promoción de los productos que ponen a la venta. Vamos, si las personas decidieron seguir a la marca es para saber sobre sus productos, su filosofía o estilo de vida.
Las redes sociales se han convirtiendo en un canal de fidelización para los negocios, pues es el espacio idoneo para un acuerdo tácito del tipo “yo seré leal” (te sigo y tu me brindas información de mi interés). Entonces si la marca decide vender algo en Facebook, solo por nombrar la red mas popular, mucho mejor, especialmente si se trata de un acuerdo.
Funciona para Facebook o Twitter. Funciona para la marca. Funciona para nosotros.
El humanizar a su marca e interactuar con sus clientes es necesario, pero vender algo también lo es. Las redes sociales son tan viables como canales de ventas como lo son los e-mails. Tal vez más aún, ya que son más personales pues es el usuario quien decide seguir y no en caso contrario.
¿Cual es la mejor red social? ¿Su impacto y alcance para las ventas?, eso ya es harina de otro costal.
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